¡Hola! ¿Cómo estás?
Por acá ando recorriendo las calles de una Roma en Jubileo, volviendo a la rutina y haciendo un balance de mi más reciente pausa creativa.
Como la energía y la ansiedad de compartir todo lo que pasó en estos meses se está acumulando y no me deja pensar con claridad, me voy a dar el gusto de adelantar algunas historias :) .
Para empezar, ya fui y volví de Uruguay. Pasé unas vacaciones espectaculares con familia y amigos que me llevaron de la ciudad a la playa, de la playa al campo, del campo a la montaña, y vuelta a empezar. Cada etapa fue más memorable que la anterior y contribuyó a cumplir la misión de mi automedicado impasse anual: recargar, repensar y, simplemente, permitirme estar para observar lo que el cansancio del año no me dejaba ver. Para ser más sensible a aquello que, de otra forma, no podría percibir.
Uno de los momentos más especiales de este tiempo fue dictar mi primer taller de escritura y creatividad: "Encuentro con mi yo escritora". Fue una experiencia llena de conexión y aprendizaje.
Organizarlo en mi país y exclusivamente para mujeres me reconfortó en rincones del espíritu que ni sabía que lo necesitaban. Hubo algo poderoso en compartir este espacio con amigas y lectoras que sienten la misma curiosidad por explorar su voz y el deseo de darle forma a sus ideas.
Pero además de todo lo que di, también me llevé algo inmenso: la certeza de que este es el camino que quiero seguir. La energía que se generó y la profundidad de las conversaciones me acompañaron el resto del viaje, haciéndome sentir más vital y entusiasmada por lo que está por venir.
Gracias a este descubrimiento, aterricé en Roma con una nueva misión: organizar más encuentros.
📖 El primero será la versión romana del taller, donde pasaremos medio día enchufadas a nosotras mismas, escribiendo con el telón de la ciudad de las historias.
🌿 Lo segundo, más ambicioso, es un retiro de escritura y lectura en Italia, donde leeremos, escribiremos y nos encontraremos en un entorno pensado para sumergirnos en la creatividad y la plenitud que vive en nosotras mismas.
Los tamboriles que repican dentro de mí anuncian que la promesa de vernos más no solo está cerca, sino que ya es una realidad. Y no veo la hora de escribir, contemplar y leer juntas.
Si esto resuena contigo, ya sabes dónde encontrarme ✨.
El segundo gran acontecimiento del que quiero contarles —que terminó convirtiéndose en un hito en mi vida entera— fue el viaje con mis tres hermanos al Valle de las Lágrimas, el lugar donde cayó el avión del accidente de los Andes en 1972.
Por si no lo sabías, mi libro, Del otro lado de la montaña, narra esa historia desde el punto de vista de las familias de los que no volvieron. Especialmente de la mía, ya que mi tío viajaba en ese avión.
Fue una experiencia que aún no termino de asimilar. A veces, temo que el texto que estoy escribiendo sobre este viaje no logre transmitir ni una mínima parte de lo que sentí.
Otras veces, veo una foto, se me cae una lágrima y pienso que todavía no volví. No del todo. Algo mío sigue allá, mirando los picos, estudiando cada plano del Sosneado, riendo con mis hermanos y aprovechando el abrazo del viento andino, tratando de recolectar lo que me hace falta para regresar completamente. Para dar vuelta una página del libro que se abrió el día que nací, que entendí cuando publiqué Del otro lado de la montaña, y que ahora busca su cierre.
Me siento más completa. Más consciente de mis raíces. Más unida que nunca a mis hermanos que son unas de las tres personas más importantes de mi existencia. Más compasiva con el lugar donde nací, crecí y viví.
Por todo esto, este viaje fue una de las experiencias más profundas de mi vida y un regalo que me hice sin saber cuán importante sería para mí.
*Cuando llegamos, como no podía ser de otra manera, encontré una roca, saqué mi libreta y comencé a escribir. Tengo foto desde todos los ángulos que me sacaron mis hermanos cuando me vieron. Nunca lo voy a olvidar.
Te comparto algo de lo que dice esa hoja:
Marcelo, hoy te siento más cerca de mi corazón. Gracias por tu ejemplo y por darle la fuerza a Bita para seguir adelante y ser mi abuela. Te extrañamos todos los días, y me guardo la siguiente vida para pasar tiempo juntos.





Marzo se acerca, y con él, el lanzamiento de Cosas que decir 2025.
De más está decir que será un año cargado de actividades e historias, pero también de mucho enfoque.
Quiero que escribamos, contemplemos y leamos juntos.
Quiero ponerle nombre a las etapas difíciles de este camino.
Quiero ahondar en lo incómodo.
Quiero responder, sin atajos, las preguntas que aún no tienen respuestas.
Quiero que seamos una comunidad de escritores, creativos y lectores con un propósito y un plan para lograrlo.
Así que te espero. Y:
Que belleza! Gracias por compartir. Desde la paz del Cabo, confío en que tendremos un año más presente y calmo! Love you!
Enhorabuena María. Qué de proyectos bonitos. Me he visualizado allí con vosotras y me ha encantado 😍